El cambio de ciclo en la Real Sociedad, como casi cualquier cambio importante, está generando dudas, incertidumbre, y pocas certezas en buena parte de la afición realista, que quiere dejar atrás el mal sabor de boca final de una etapa gloriosa con Imanol para volver a crecer y recuperar el billete europeo. Al mando están Bretos y Sergio Francisco, con muchas tareas pendientes desde mayo, y ahora novedades, aunque no demasiadas en número, sobre el césped. La principal es la baja de Martín Zubimendi, que se marchó del club por 70 millones de euros dejando un vacío importante en el eje de la medular, y también, por qué no decirlo, un miedo a no saber competir y ganar sin él. Es el gran reto, competir al máximo nivel sin él, que era el seguro para todo, y sacar resultados. Su ausencia se va a notar porque el nivel era altísimo, pero la adaptación es posible para ajustarse y no caerse. Hubo Real sin Zubimendi antes y la habrá ahora.
Datos de la Real sin Zubimendi y con Zubimendi
Ya saben sacar resultados sin él
El club y Zubieta han demostrado que siguen sacando centrocampistas de nivel adaptables a la realidad realista y es ese temor el que debe quitarse todo el entorno txuri urdin para seguir el camino y mirar hacia delante. Entre otras cosas, porque la Real Sociedad ya sabe lo que es sacar resultados positivos sin el internacional ya exrealista sobre el verde. En el arranque de curso la Real ha obtenido dos empates para empezar. No ha ganado, y hace falta, pero tampoco ha perdido aún, logrando superar adversidades en forma de marcadores en contra. Que es un paso adelante en un aspecto importante. La Real ya sabe ganar sin Zubimendi y volverá a saber hacerlo, sea ya en Oviedo o ante el Madrid.
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Pese a la sensación, lógica por su grandeza, de que la Real sufrió y perdió mucho cuando Zubimendi faltaba, no hay más que mirar a los fríos datos para darse cuenta de que las adversidades se superaron. La Real ha jugado, en las últimas cinco temporadas y el inicio de esta, dejando a un lado su primer y mínimo impacto desde el filial en la 19-20, únicamente 38 partidos sin el actual ‘36’ del Arsenal. Y no sólo no perdió todo, sino que ganó más de la mitad de los partidos. Concretamente, 21 victorias, un 55.26% de los encuentros. Logró, además, empatar 11 encuentros más (28,95%). Únicamente perdió el 15,79% de los choques (6). Además, en 22 de los 41 encuentros que entró desde el banquillo, la Real ya iba ganando cuando él empezó a jugar. Cabe matizar que algunas de las victorias fueron en primeras rondas coperas ante rivales menores pero las hay también en Europa y en Liga. El ejemplo más claro fue el final de la campaña 23-24, cuando estuvo lesionado y con Turrientes como sustituto el equipo dio la cara para clasificarse para Europa de nuevo, ganando al Betis a domicilio, por ejemplo. Por ir a lo más reciente, la temporada pasada fueron nueve los encuentros sin él, y el equipo ganó cinco, empató dos ante Villarreal y Manchester United, y perdió otros dos, en el raro día contra el Anderlecht y en un mal encuentro en Vigo.
Gorrotxategi
Gorrotxategi, el elegido
El heredero al trono del ‘4’, que ya ha debutado en el primer equipo con su dorsal, es Jon Gorrotxategi, sin duda, e ilusiona. Una inoportuna lesión de tobillo evitó que comenzase ya como titular en Mestalla e interrumpió su óptima preparación pero ya contra el Espanyol salió en la segunda parte y le dio orden y calma a todo. Y no fue su mejor versión, que está por llegar. Además, otros dos canteranos como Turrientes y Urko, aunque este último podría terminar saliendo, completan la nómina de pivotes para hacer olvidar a Zubimendi, en la medida de lo posible, claro. Sergio debe seguir trabajando en la idea de juego que se ha mostrado con acierto por momentos y solidificar ese centro del campo cuando no tenga el balón para acercarse a su primera victoria. Siguiente paso: Oviedo, sin Zubimendi pero con Gorrotxategi.
